Te habían dicho que la adolescencia era una etapa difícil, pero no te imaginabas cuánto. Quizás ya lo has vivido con otros hijos, pero no como ahora. Antes todo te lo compartía y ahora vívís en mundos paralelos sin apenas puntos de encuentro. La relación contigo, con tu pareja, con sus hermanos está llegando a cotas que te preocupan y te causan dolor porque cuanto más te acercas, más te alejas.
 

Un proceso de coaching familiar puede serte muy útil para desencallar el momento en el que estás viviendo. Nos centraremos en ti, porque eres tú quien está sufriendo y porque si tú cambias, todo a tu alrededor cambiará. Esta es la esencia de un proceso de coaching:  céntrate en lo que quieres conseguir, trabajaremos qué hace que no lo consigas para cambiar aquello que te está alejando de tu objetivo inicial. Las sesiones son al principio semanales y poco a poco se van espaciando en el tiempo. El ritmo del proceso es tu ritmo. 

 

Si has llegado hasta aquí es que algo hay que te dice que sí, que esto es lo que quieres.  Quizás no eres consciente, pero acabas  de dar tu primer paso: tu proceso de coaching personalizado  empieza ahora.

 

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