Siempre es un buen momento para decirle al otro
lo que sentimos y nunca hemos expresado.
Gracias Jarabe de Palo por tu canción.
Ya se acerca la noche más mágica del año. Miles de niñas y niños esperan que sus buenas acciones tengan recompensa en forma de regalos. Ponen todas sus expectativas en Melchor, Gaspar y Baltasar y saben que durante la noche del 5 entrarán en sus casas y les dejarán aquello que tanto desean.
Como los niños en la noche de Reyes, tal vez estás viviendo en un mundo de expectativas hacia los que te rodean: tus amigos, tu pareja, tu trabajo. Te dices: seguro que sabe que mañana es mi cumpleaños; seguro que me regalará aquel anillo que, cuando pasé por el escaparate, le dije que me encantaba; seguro que me propondrán para el nuevo puesto; seguro que sabe que no soy feliz…

Sin embargo, incluso SSMM los Reyes Magos desconocen exactamente lo que está en el corazón y el pensamiento de tantos niños y niñas y es por ello que se aseguran de cumplir con sus expectativas leyendo atentamente las miles de cartas que desde los lugares más recónditos les envían nuestros niños.
Pero así como de pequeñ@s escribías a los Reyes y les pedías exactamente lo que deseabas, ahora todo queda en tu cabeza. Es un diálogo interno interminable, que no cesa. Esperas que sea el otro quien adivine tu pensamiento y no pasas de ahí. No pides, no comunicas, te da miedo expresar en voz alta tus deseos, por si no se cumplen, por si el otro no había pensado en ti para ese puesto; por si cuando le dijiste lo del anillo, ni siquiera te estaba escuchando; por si a pesar de conocerte toda la vida, no sabe lo que te apetece.
Con frecuencia nos atemoriza el no del otro. Nos sentimos vulnerables ante los demás. Y es por ello que dejamos nuestra responsabilidad de actuar, de cambiar o mejorar nuestra vida en manos de los otros. Nos colocamos como víctimas de nuestra propia vida y esperamos que el otro sea nuestro salvador.
Despierta. Deja la magia para los niños y el mago Pop. Vivir en el mundo de las expectativas solo te está creando constantes decepciones, frustración, queja y resentimiento.
Comprométete contigo y con lo que quieres: actúa, muévete y pide. En la noche del 5 de enero los niños esperan que ocurran cosas que se harán realidad la mañana del 6. En la noche del 5 de enero escríbete tu propia carta y comprométete a que a partir del 6 de enero harás porque ocurran cosas cada día. La magia no existe. Pero sí puede existir la magia de vivir la vida como te la imaginas.
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