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  • Foto del escritorBeth Rosell

La menopausia: esa edad de la que no se habla


Porque te tienes que reír hasta de ti y ver que lo has logrado.

Gran canción de Bebe: Ella

Escúchala o mejor, ve al link

y disfrútala con su videoclip oficial.


Un día le dije a mi ginecóloga, después de unas risas conjuntas… -Esto lo voy a escribir en un blog para compartirlo con todas las mujeres y reírnos todas juntas.- Promesa cumplida, doctora. Aquí está el artículo. Para todas mis coetáneas. Para las que ya han pasado por esto. Para las que van a llegar. Felices risas y bienvenidas a la madurez.

 

… Llega el lunes y nada… el martes, el miércoles… una semana, dos… siempre negativo, pero te empiezas a poner nerviosa… No… No me lo puedo creer que esto me ocurra a mí. Y vas a la ginecóloga y le espetas: -Creo que estoy embarazada-. Y la ginecóloga primero consulta tu ficha, comprueba tu edad y luego te mira con compasión y sin decirte más te dice: -Vamos a ver cómo va todo…- Y tras el control rutinario, te ves sentada en su despacho, escuchando que estás en un proceso de menopausia, que puede durar varios años… y mientras la escuchas, tu cerebro va a 1000. Pero… ¿qué me está contando? -Así es que… ¿No estoy embarazada?- La interrumpes-. -¡No!- Responde entre seria y divertida. -Pues me llevo un buen descanso… ¡Porque no me apetecía nada volver a empezar! -Pues tranquila, que eso, a partir de ahora es más que improbable…- Te contesta, mientras escribe en un papel no sé qué de qué pastillas que te debes tomar a partir de ahora…

Y mientras vas de copiloto con tu pareja, sientes que, de repente, ha puesto la calefacción al máximo. Y mientras te apresuras a sacarte la chaqueta, el fular y las botas todo al mismo tiempo, ves que te mira de hito en hito con cara atónita… -Pero ¿qué haces?- farfulla. -¿Que qué hago? ¿Y tú por qué pones tan alta la calefacción?- La calefacción no está encendida, amor…- Y lentamente comprendes que realmente la calefacción está apagada. Que la calefacción eres tú: que eres una calefacción andante.

Y tú, que siempre habías dormido tapada hasta la nariz, con pijama polar de ovejitas y calcetines gruesos… te sorprendes de cómo tu pareja puede pasar tanto frío por la noche. No es posible… ¡Con el calor que hace! … Y no acabas de asimilar qué te ocurre, hasta que un día, tu mente comprende que sí, que ya estás en esa edad.

De acuerdo. Sí. Estás en esa edad. Aquí voy a hablarte de esa edad, la edad que se oculta, que se disimula, que se silencia, de la que una se llega hasta a avergonzar por haber llegado... ¡Pero qué sinsentido es este! ¡Ah! Es que de este tema no se puede hablar… Y sin darnos cuenta, aceptamos el chantaje social de todas las connotaciones negativas impuestas y voluntariamente nos apartamos, nos negamos.

Pues no.

Tener +45 es motivo de orgullo y gratitud: eres lo suficientemente joven como para tener ilusión y energía; tienes la suficiente madurez emocional, como para saber lo que quieres de tu vida; lo suficientemente sabia y segura después de todas las experiencias pasadas; lo suficientemente mayor, como haber finalizado la etapa de formación de tus hijos y lo suficientemente joven como para gozar de ti contigo: más tiempo libre para estudiar, estar con la pareja, viajar, estar con los amigos, cambiar de trabajo… Vivir.

Sí. Ni te lo pienses. Ahora es tu momento. ¡Cómo no voy a hablar de ello, si estás en una etapa privilegiada! La atalaya de tu vida.


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